Las flotas de transporte refrigerado se encargan del transporte de productos sensibles a la temperatura, como lácteos, alimentos congelados y productos farmacéuticos. Estos vehículos deben mantener condiciones ambientales estrictas a lo largo de largas rutas, sin excepción. Sin embargo, la escasa visibilidad, los retrasos imprevistos y las fluctuaciones de temperatura durante el transporte suelen provocar daños en los envíos y pérdidas económicas. Sin sistemas de monitorización adecuados, mantener la integridad de la cadena de frío resulta difícil y costoso.


 
                                         
                                        