Una de las mayores frustraciones para los clientes es no saber cuándo llegará su pedido. Las llamadas interminables a los conductores o gestores de flota para obtener información son una pérdida de tiempo y generan confusión. Las entregas tardías o no entregadas minan la confianza, mientras que la falta de información perjudica la relación con el cliente.


 
                                         
                                        